Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que también es el jefe del Estado más poderoso del mundo, de la Luna, Marte y otros planetas.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que también es responsable de lo que le pase a la primera potencia del mundo.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que es el responsable número uno de velar por los intereses internos y mundiales de la plutocracia internacional.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que lidera un país que a su vez lidera el mundo y toda la complejidad precisamente de ese mundo, hoy más conflictivo que nunca, en todos los órdenes desde el militar al económico, pasando por el institucional.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que tiene intereses geopolíticos qué cuidar, preservar, vigilar y hasta tratar de evitar que se vayan a pique.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que dirige una nación de más de 300 millones de seres, que dirige una economía que controla la economía mundial, que dirige un país cuya sola moneda identifica el comercio mundial.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que tiene compromisos mundiales que no los tiene ningún otro gobernante.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que tiene compromisos que van más allá de las fronteras de su país, aunque muchas veces sean intereses dañinos para el resto de la Humanidad.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que lo que haga o deje de hacer, bueno o malo, tiene repercusiones que abarcan el planeta.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que muchas veces tiene que actuar contrario a sus propias ideas, a su concepto de las cosas, a sus convicciones y hasta contrario a lo que conviene al resto de sus congéneres.
Es cierto que Barack Obama es premio Nobel de la Paz, pero no es menos cierto que una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín.
Este artículo lleva especial dedicatoria a los que no profundizan sino que viven en la superficialidad.
Autor: Álvaro Arvelo hijo
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